exemplar

Antes de que el tsunami de cemento se nos venga encima debemos activar los mecanismos de alerta y regular la expansión racional y no especulativa de una riqueza natural que no hemos hecho nada para merecérnosla. Sí mereceremos el reproche de nuestros conciudadanos si no sabemos utilizar los recursos del Estado de Derecho para que, en un futuro, como ya ha pasado en algunas zonas, los bloques de apartamentos no parezcan estructuras fantasmagóricas que nos recuerden el desastre que estamos impasiblemente levantando. Al final conseguiremos los mismos efectos que la bomba de neutrones: cemento y desolación.

José Antonio Martín Pallín es magistrado del Tribunal Supremo.

Publicado por contra-baixo 23:36:00  

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